A pesar del reciente aumento del 25% en noviembre y otro 25% en diciembre, los remiseros están solicitando una nueva actualización tarifaria de manera inmediata.
Sergio Salinas, delegado en Salta de la Federación Argentina de Remises (FAREM), comunicó que el sector presentará una solicitud a la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMT) para aumentar la tarifa en un 50%, lo que elevaría la tarifa base de $300 a $450.
Salinas expresó su preocupación por la situación económica, mencionando que con la liberación de precios de los insumos por parte del gobierno de Javier Milei, la actividad ya no es rentable. Detalló que el costo de cambiar el embrague, incluida la mano de obra, se estima en $200.000, una cubierta cuesta alrededor de $80.000, y el GNC necesario para cubrir dos turnos asciende a $8.000. Ante esta situación, Salinas enfatizó la urgencia de un aumento en la tarifa, señalando que la actividad ha disminuido en el último mes.
Además, Salinas consideró que para aliviar la situación, es necesario eliminar a los intermediarios, refiriéndose a las remiseras. Se quejó de que pagan un alquiler diario a las remiseras, que deberían proporcionar un servicio a cambio, pero no lo hacen, lo que obliga a los remiseros a buscar clientes por su cuenta.
En línea con esto, afirmó que los intermediarios ganan dinero sin aportar nada, a pesar de que la actividad cuenta con licencias que en su momento podrían haber sido otorgadas por motivos políticos. Salinas reclamó que los remiseros pagan entre $120.000 y $130.000 (de su propio bolsillo) por estas licencias, pero no reciben ningún servicio a cambio.