La Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES) anunció a través de una resolución publicada en el Boletín Oficial que la fórmula de movilidad previsional determinó un aumento del 27,18% para marzo. Aún no se han detallado los nuevos montos de las jubilaciones mínima y máxima ni el posible refuerzo adicional.
Este incremento, inferior a la inflación, profundiza el deterioro del poder adquisitivo de los ingresos. Con este ajuste del 27,18%, el haber bruto mínimo subirá de $105.713 a $134.446, mientras que el haber bruto máximo pasará de $711.346 a $904.690.
De acuerdo con la ley, todos los haberes del sistema general de la ANSES aumentarán en el mismo porcentaje, sin importar su monto. Por lo tanto, aquellos que reciben, por ejemplo, $200.000, verán un aumento a $254.360.
En una entrevista, el ministro de Economía, Luis Caputo, adelantó que el aumento para los jubilados en base a la ley de movilidad rondará el 30%. También mencionó la continuación de la entrega de bonos, sin especificar detalles sobre su cuantía ni qué segmento de jubilados se verá afectado.
La Resolución 38/2024, firmada por Osvaldo Giordano, actual titular de la ANSES tras la solicitud de renuncia de Javier Milei, ahora enfoca la atención en la posible recomposición de las jubilaciones y pensiones a través de bonificaciones.
Durante los últimos meses, los jubilados con el haber mínimo recibieron bonos adicionales, como el de $55.000, representando un 34% de su ingreso total de $160.713. Aquellos con ingresos inferiores recibieron bonos para equiparar esa cifra; por ejemplo, quienes tenían $140.000 mensuales obtuvieron $20.713 adicionales. Sin bonos en marzo, los jubilados con el mínimo, actualmente en $157.542, recibirían $130.413 netos, una disminución de $27.129.
Desde septiembre de 2022, se han otorgado bonos de manera continua, evidenciando el reconocimiento implícito de la administración anterior sobre la insuficiencia de la fórmula de movilidad vigente desde 2021, aprobada durante el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, para preservar el poder adquisitivo de los ingresos.
En 2023, los jubilados experimentaron una disminución en su poder adquisitivo que osciló entre el 14,2% y el 37,4%. Estas disparidades se deben al tratamiento desigual de los bonos frente a la alta inflación. En los últimos 12 meses hasta enero pasado, la caída en el valor real de los ingresos osciló entre el 24,5% y el 44,3%, con una continuación de la pérdida de capacidad de compra en este segundo mes del año.