La reunión de gabinete del jueves en la Casa Rosada estuvo marcada por la tensión, ya que gran parte de la discusión se centró en el debate parlamentario sobre la Ley Ómnibus en la Cámara de Diputados.
Durante la reunión, el presidente respaldó firmemente a Luis Caputo frente al resto de sus ministros.
El ministro de Economía emitió una contundente advertencia dirigida a los gobernadores, señalando que si sus diputados no respaldan la aprobación de la Ley Ómnibus, se eliminarán las asignaciones discrecionales del Poder Ejecutivo Nacional a las provincias.
“Los dejaré sin recursos”, declaró el Presidente, refiriéndose a los gobernadores provinciales.
El punto de conflicto con los gobernadores que generó la enérgica declaración de Milei fue el tema de las retenciones. El presidente está profundamente preocupado porque, como economista, comprende a la perfección las variables necesarias para que el gobierno cumpla con la meta central del acuerdo con el FMI, que es alcanzar un superávit del 2% para fines de 2024.
Para lograr esa meta, el Gobierno necesita aumentar sus ingresos de alguna manera. Hay aspectos clave de la Ley de Bases que son fundamentales para ello, como el aumento de las retenciones, que es el punto central de debate con los bloques opositores racionales, especialmente con la UCR, el PRO y Hacemos Coalición Federal.
El gobierno considera que si se llevan a cabo las modificaciones propuestas por estos bloques en la votación en particular, se pondría en riesgo el cumplimiento del acuerdo con el Fondo. Las retenciones son un instrumento crucial para la recaudación estatal, por lo que se considera necesario contar con ellas al menos durante un tiempo para cumplir con el Fondo Monetario.
Lo mismo ocurre con el tema de las jubilaciones. La transición de un sistema a otro, con el vacío que implica la unificación de una modalidad hacia la otra, beneficia al gobierno al evitar un desembolso de dinero en marzo, lo que le permite tener más capacidad de ahorro al menos durante el primer trimestre.