La caída del consumo en los supermercados ha sido significativa en los primeros meses del año, con una disminución cercana al 10% en enero y del 23% en febrero. Este fenómeno, según especialistas, se atribuye a la combinación de la aceleración inflacionaria y la reducción del poder adquisitivo, impactando de manera negativa en el consumo de la población en general.
Miguel Calvete, presidente del Instituto de Estudio de Consumo Masivo (INDECOM), señaló que los sectores medios y bajos han dejado de realizar compras planificadas y han modificado sus patrones de consumo. Se ha observado un cambio en la preferencia de productos, con un aumento en la adquisición de alimentos para el desayuno, merienda, snacks y alfajores.
Según Calvete, se ha evidenciado un cambio en el comportamiento de compra, donde 4 de cada 10 familias han optado por reemplazar una comida principal, como la cena, por una colación. Además, se ha registrado una disminución del 21% en la compra de medicamentos, lo que ha generado la interrupción de tratamientos crónicos en algunos casos.