“Hernandez Berni destina ingresos públicos a la contratación de cinco cuatodios/patovicas”.
Con el inicio del mes de abril, Tartagal comienza su trabajo legislativo en el Concejo Deliberante y en ese marco, el intendente Franco Hernandez Berni, dio inicio al periodo de sesiones ordinarias.
Tradicionalmente, este tipo de actividad pública suele convocar a muchísimos vecinos y sectores políticos quienes se dan cita para apoyar o criticar al jefe comunal de turno, pero algo extraño sucedió en esta oportunidad, ya que en el hecho político más importante del año se observó un recinto casi vacío.

No se sabe si fue el Dengue, el calor o la gestión pauperrima de Hernandez Berni, que no tiene nada contenta a la población norteña, ya que desde que asumió el cargo siguen esperando la prestación de servicios básicos en la ciudad.
En la ocasión, Berni ingresó al edificio municipal rodeado de patovicas como si fuera la guardia presidencial, y se lo vio acompañado únicamente por su madre, su pareja y parte de su gabinete.
Se esperaba que el intendente, durante el discurso de apertura, contara su plan de Gobierno y detallara las obras que se proyectan para Tartagal, incluyendo el trabajo vigente, pero nada de eso pasó.
El titular del Ejecutivo Municipal solo se concentró en culpar al antiguo intendente por las dificultades que viene atravesando su gestión y que la comunidad ya viene criticando duramente, de manera cotidiana, presencial y virtual, a través de las redes sociales.
A cuatro meses de ser el nuevo Intendente de los tartagalenses, Franco manifiesta su malestar continuo respecto de la sombra de su antecesor, y no puede brindar aún ninguna de las soluciones pronunciadas en campaña. ¿Será que teme que el sillón de Intendente, de la segunda ciudad más grande de la provincia, le haya quedo grande, y por eso vive rodeado de matones, que se hacen llamar “guardaespaldas”? ¿Está guardia privada formará parte de la planta política a la cual aumento en 200% los sueldos e ingresos?